Decoración navideña sostenible: consejos para adornar tu casa – Christmas Edition
Navidad es sinónimo de familia, amigos, comida exquisita, relax y recreo… pero también de decoración. ¡Y de decoración a lo grande! Es la época del año en la que podemos pasarnos y jugar a la hora de elegir como embellecer nuestro hogar para las fiestas. Pero, ¿por qué no hacerlo de manera un poco más sostenible? A continuación, te indicamos algunas sencillas pautas a seguir para una decoración navideña de impacto, pero respetuosa con el medio ambiente.
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Un imprescindible: la luz
Si hay algo que grite “Navidad”, sin duda es la luz. A intermitentes o fijas, las lucecitas navideñas recrean una atmosfera mágica. Te podrías tirar tardes enteras sentado en el sofá, envuelto en una mantita, mirando lánguidamente las luces de tu árbol de Navidad encendiéndose y apagándose, ¿a que sí? ¡Si es que hacen que tu hogar sea aún más cálido y acogedor de lo normal! Y transmiten una sensación de esperanza y melancolía a la vez.
Pon guirnaldas luminosas por doquier, fuera y dentro de casa: en el árbol o en los arbustos; en los marcos o alfeizares de las ventanas; en la chimenea, si tienes la suerte de tener una; sobre los muebles y mesas, sueltas o en jarrones de distintos tamaños; en la escalera de madera envejecida apoyada en la pared. Pero, ¡ojo! Que sean de calidad, y, sobre todo, LED: solo así tendrás una iluminación navideña segura, menos contaminante, que durará más en el tiempo y consumirá menos. Además, hoy en día existen una infinidad de accesorios luminosos navideños, en varios colores y efectos – luz fija, intermitente, parpadeo, cambio de intensidad.
¡Y no te olvides de las velas! Y de los portavelas también: ¿por qué no reciclar esos tarros de vidrio de ese yogur biológico que fue tu merienda saludable? Y para un efecto más rebuscado y elegante, desempolva esos antiguos candelabros que heredaste de tu abuela – ¡lujo e iluminación de efecto gratis!
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Materiales naturales – y de antaño
Lo que el bosque y la naturaleza nos regalan en otoño y en invierno se convierte en delicada decoración navideña. Piñas, bellotas, flores secas, nueces, manzanas de pequeñas dimensiones llenan jarrones de vidrio o centros de mesa, cuelgan del árbol de Navidad – que será alternativo (una escalera o un triángulo de madera, por ejemplo) o natural y que se pueda replantar –, y forman parte de una corona que tú mismo habrás hecho. ¿Cómo dices? ¿No eres un manitas? No te preocupes, ¡si crearla es súper sencillo! Con tener un alambre de color verde, una rama bonita – mejor si con bayas rojas, o si es muérdago, abeto, acebo – que recogerás a lo largo de un paseíto en la naturaleza, y un lazo de raso ya será suficiente para juntarlos y tener tu corona navideña personalizada. En la puerta de entrada, en un espejo, en la chimenea: ¡ahora solo te falta decidir donde colgarla!
Si en cambio las manualidades se te dan bien – hacer ganchillo, por ejemplo –, realiza bolas de Navidad con ovillos de lana multicolores: cuélgalas en el árbol, en la escalera o en los espejos, o crea una corona navideña alternativa. También puedes fabricar calcetines de lana de Navidad personalizados a colgar en los tiradores de los cajones en las habitaciones de los niños – a menudo las grandes olvidadas en la época navideña. Pero no te olvides de que la lana no es la única protagonista del invierno y de la Navidad: terciopelo, raso, fieltro, telas tornasoladas, tejidos peludos – incluso en mantas, cojines, alfombras –, proporcionan elegancia y generan esa atmosfera festera y cálida tan típica de la Navidad.
Es más: a la hora de envolver tus regalos, acuérdate de la salud del planeta y opta por ponerlos en cajas de metal o reutilizables, o preséntalos en cajas de madera – sí, esas mismas en donde se suele transportar fruta y verdura – que habrás pintado de rojo o de un color llamativo y alegre. ¡El toque vintage está asegurado!
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Las 3 erres: recicla, reutiliza, reinventa
Si lo piensas, hay miles de objetos que pueden llegar a formar parte de la decoración de Navidad. Un tomo de esa vieja enciclopedia que ya ninguno lee y que estabas a punto de donar, se convierte en una bandeja lujosa y original en donde colocar el aperitivo de Nochebuena.
Los moldes de cocina no solo te sirven para preparar galletas navideñas que impregnan tu hogar de un maravilloso olor a canela, sino también para crear guirnaldas con distintos materiales, como papel de colores y estampados navideños, encaje, trozos de tela, o hasta pequeñas fotos de familia. Las bolas de Navidad desparejadas, o incluso las canicas de colores más llamativos, terminan en los jarrones junto a la fruta seca y agregar un toque de color.
En fin, solo hace falta hacer un pequeño esfuerzo y dejar que tu creatividad fluya.
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Lo inmaterial fundamental
Lo que más decora y menos contamina en Navidad es lo que no existe materialmente, que no se puede tocar ni ver – o casi. Primero, la música: junto a la luz, es uno de los componentes principales de la atmosfera navideña. ¡Ha llegado la hora de liberar a Michael Bublé! Y que no falten los villancicos para los más pequeños, y para los que no tienen ninguna gana de renunciar a la magia de las fiestas.
Segundo, los perfumes: impregna tu hogar de los buenos olores de la comida típica de esta temporada – piensa, por ejemplo, en algo tan sencillo como las castañas –, o del de las velas perfumadas que más te gusten.
Tercero y último, las palabras bonitas: deséale una feliz Navidad a tus invitados y a tus seres queridos con mensajes de cariño, frases y deseos navideños, o incluso poemas de Navidad, enmarcándolos o escribiéndolos en una pizarra – que también puede convertirse en la pared de los deseos.
¿Listo para decorar de manera sostenible?
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