Ideas para dormitorios alternativos

¿Quién ha dicho que los dormitorios solo se pueden sacar de una habitación tradicional? ¡No seamos banales! También existen otras zonas de la vivienda que se pueden convertir en maravillosas alcobas. Ahora tienes curiosidad por saber más sobre el tema, ¿verdad? ¡Entonces síguenos en nuestra visita a tres dormitorios alternativos!

  1. Un dormitorio acogedor en la buhardilla

    A lo mejor la buhardilla es el único rincón de tu casa que se ha quedado abandonado durante años, y casi te da miedo a entrar en ese reino de los espíritus. Pues, ¡cógenos de las manos y hagámosle una visita a una buhardilla-dormitorio de ensueño!

    No importa el tamaño de la habitación, siempre es preferible que el dormitorio en la buhardilla tenga las paredes, el techo, el suelo (que puede ser un suelo de madera o laminado) y los accesorios de colores claros, el blanco a la cabeza. De esa manera, no solo el cuarto te parecerá más grande y evitará que te sientas como Gulliver en la tierra de los enanos (sobre todo si el techo abuhardillado no supera el metro en sus puntos más bajos), sino que también resolverá uno de los problemas más gordos a la hora de reformar una buhardilla: la falta de luz. Sin embargo, ya es consabido que esto se puede solucionar fácilmente añadiendo, si el techo lo permite, tubos solares o ventanas de tejado con persianas enrollables motorizadas que mejoran la ventilación del cuarto y hacen que consideres la pereza como un valor irrenunciable.

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    La altura irregular del techo sugiere el uso de muebles hechos a medida para utilizar cada centímetro disponible: un armario para buhardillas, horizontal y armario empotrado en la parte más baja del techo, con puerta corredera y cajones extraíbles te permiten guardar tus prendas al igual que cualquier otro ropero vertical.

    Por último, basta con agregar una cama blandita arrimada a la pared, unos apliques en las vigas (si están, hay que lucirlas) y un baúl para que el dormitorio de la buhardilla adquiera un toque algo romántico.

  2. Dormir en alto o… ¡en el altillo!

    Ahora imagina tener una vivienda cuyo techo sea verdaderamente alto (alrededor de los 4,5 metros). ¿Por qué no aprovechar la verticalidad del espacio para construir un altillo? ¿Y por qué no convertirlo en un dormitorio confortable? ¿No lo crees posible?

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    Si te gustaba el Tetris, esta es la ocasión para lucir tu habilidad en encajar elementos. Vas a necesitar: una cama plegable o hecha a medida, preferiblemente con almacenaje; una mesita de noche o una repisa de madera realizadas a medida; focos de empotrar y un aplique justo encima de la cama para tus lecturas nocturnas. Esto es lo básico. Luego, si sobra sitio, puedes plantearte añadir un tocador - ¿puedes adivinarlo? ¡Hecho a medida! – o una pequeña librería de obra, y así tendrás tu rinconcito para desconectar completamente del mundo.

    Solo falta pensar en cómo llegar al altillo: ¿vas a preferir una escalera móvil o fija? En el primer caso, cerciórate de que tenga agarres seguros (como ves, cuidamos de tu salud), mientras que el segundo te proporcionará otro hueco a convertir en un gigantesco armario.

  3. Salón de día, dormitorio de noche

    Si tu apartamento es tan pequeño como el de Polly Pocket, te sugerimos una solución que al principio te podrá parecer incómoda, pero que puede que te salve la vida.

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    Si, por ejemplo, tu casa es un estudio, plantéate la posibilidad que tu salón y tu dormitorio coincidan. ¿Cómo? Un armario con cama abatible hará que tu salón realmente se parezca a un salón y tu dormitorio a un dormitorio, aun siendo exactamente la misma habitación.

    Si necesitas una mesa lo más grande posible, opta por una plegable (al igual que las sillas), y así desaparecerán al anochecer. Cuelga unas repisas de cristal y elige una lámpara de techo cuyo estilo combine tanto la atmosfera del salón como con la de un dormitorio.

    Pues ya lo tienes todo, ¡qué se cumpla la magia!

 

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