Habitación para invitados: a gran huésped, gran trato.

Dice el refrán: “de hijos y de bienes, tu casa llenes”... pero, ¡de invitados también! Sin embargo, recibir visitas en casa es una faena en sí. Y si es verdad que “cada cual es rey en su casa” – o así promete otro refrán –, el huésped tiene que serlo aún más.

De todas formas, ¡qué no cunda el pánico! A continuación, te contamos unos pequeños trucos para disponer una habitación a propósito para alojar a tu familia y amigos. No lo dudes, ¡a tus invitados les parecerá recibir una acogida de cinco estrellas!

  1. Una habitación propia para invitados

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    Primero y primordial, ¡dales espacio a tus huéspedes y sus cosas! Ahora bien, pueden darse dos casos: puedes tener un cuarto de invitados, o no. Si no lo tienes, es muy probable que tu salón se convierta en el dormitorio de tus huéspedes – a no ser que quieras dejarles tu habitación. Basta con optar por un sofá cama o un armario con cama abatible y ya lo tendrás medio solucionado. 

    Si en cambio lo tienes – incluso en la buhardilla o en un altillo, tal como lo imaginábamos en el artículo Ideas para dormitorios alternativos –, hay que decorarlo con algunas pocas adaptaciones. No hace falta que lo personalices ni que tenga el mismo estilo que el resto de tu casa: el cuarto de invitados tiene que adaptarse a todos los gustos. Lo que sí es importante es que haya sitio de sobra para colocar cosas. Por ello, asegúrate elegir el equipamiento de armario adecuado: cajones, pantaloneros, perchas abatibles, barras, e incluso zapateros de interior de armario garantizarán que se mantenga el orden. 

    Por último, añade un perchero de pared o colgadores y una banqueta o un banco en donde colocar la maleta o el bolso y et voilà, ya estás en el camino correcto.

  2. Mi baño es tu baño

    A no ser que te estés planteando añadir un pequeño baño o aseo en el cuarto de invitados – por cierto, no puedes perderte nuestros artículos sobre como renovar el baño Cuatro estilos para baños grandes y pequeños y Consejos para reformar un baño pequeño –, vas a tener que compartir el baño con tus visitantes. 

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    Mantenlo limpio y despejado, asegúrate de que haya toallas de sobra, un ambientador y papel higiénico en cantidades industriales y así evitarás que tus huéspedes tengan que enviarte mensajes SOS para que les salves de situaciones… incómodas.

    Colgar una placa en la manilla de la puerta que ponga el mensaje “ocupado” también es una estupenda idea para que nadie moleste a tus invitados en sus momentos más… íntimos.

  3. Olores y colores

    Tanto los olores como los colores deberían ser lo más neutro posible para que no molesten a nadie y les gusten a todos. Vale, aceptamos que añadas toques de color – en los cojines, en las mantas adicionales o con un cuadro – que combinen entre sí.

    Cuida de la iluminación, mejor si con apliques o lámparas de luz regulable para que tus huéspedes puedan crear una atmósfera relajante, si lo desean, y en contra de las sugerencias habituales, te desaconsejamos que pongas velas en el cuarto de invitados: los gustos en cuanto a los olores varían mucho según la persona, y además evitarás visitas repentinas e inesperadas por parte de los bomberos. Mejor si la habitación huele a limpio, o como mucho a flores – pero antes averigua que tus visitantes no padezcan alergias o esa habitación se convertirá en un lazareto. 

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  4. ¡Qué detalle!

    Mima un poco tus huéspedes con algún detalle que destaque o que les evitará que te tengan que pedir cosas básicas todo el rato sintiéndose molestos.

    En una mesita, pon revistas de distintas temáticas, unos libros de géneros diferentes y para niños, juegos de mesa y unos juguetes si hay niños entre tus invitados, e incluso una hoja de papel para que te dejen un mensaje, si quieren. También podrías pensar en poner en la cómoda esa vieja radio que ya no usas, pero que sigue funcionando perfectamente.

    Añade mantas para los más frioleros y cojines de distintos tamaños, una jarra de agua con sus vasos y algunos amenities para los más despistados – cepillos y pasta de dientes, jabón, gorros de ducha, zapatillas. Por último, escribe la contraseña del wifi en un papelito y un mensaje de bienvenida en una postal de tu ciudad y a tus visitantes les sorprenderán tus dotes de anfitrión.

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  5. Una cálida acogida

    Cualquiera de las susodichas sugerencias resultará totalmente inútil si te olvidarás de hacer una pequeña cosita básica: sonreírles a tus huéspedes. Esto - junto a tus constantes intentos de ponerte en su piel – hará que tu compañía y la estancia en tu casa se conviertan en tiernos recuerdos.

 

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