A cada personalidad, ¡su salón!

Dicen que tu casa eres tú, y qué la decoración que eliges habla mucho de ti. Y seguramente el salón, al ser la habitación donde se suele recibir a los huéspedes, es tu tarjeta de visita. Ahora estarás dudando sobre si tu salón te representa de la forma adecuada, pues ¡no te preocupes! ¡Dinos cómo eres y te diremos cómo decorarlo!

A continuación, te ayudamos en la tarea y te dejamos cuatro tipos de personalidades y el salón que más encajaría con ella.

  1. El ser social

    Eres de esa clase de personas que se deleitan en tener siempre la casa invadida por amigos y familiares, ¡y que resuenen sus voces y carcajadas! Es más, eres el rey de las fiestas caseras y lo das todo para que tus huéspedes se sientan a gustito. Ahora bien, lo primero en que tendrás que pensar a la hora de reformar tu salón es el suelo: si no quieres que te dé un infarto cada vez que el chistoso ese de tu amigo de infancia derrame el contenido de su vaso a cada explosión de risa, mejor optar por un suelo laminado, de fácil mantenimiento y resistente al desgaste, o por un suelo vinílico, resistente al agua – que, de hecho, se suele utilizar para baños y cocinas – y al mismo tiempo cálido y suave.

    .  .

    En absoluto puede faltar un sofá infinitamente largo y ancho (según lo permita el espacio), para que todo el mundo quepa en él y pueda sentarse si lo desea. Y mejor si se trata de un sofá cama, así que podrás alojar a esos amigos que ya sabes que estarán piripi al final de la sesión fiestera. También se aceptan pufs, taburetes y/o cojines gigantes para tumbarse en el mismo suelo.

    Tu salón tampoco puede estar desprovisto de mesas adicionales para colocar bandejas de tapas y los miles de vasos que se irán acumulando a lo largo de la noche. Y si quieres ganar el título de mejor organizador de festines del mundo mundial, añade un mueble bar o un carrito nevera con una licorería bien surtida y te convertirás en una verdadera referencia del ocio ciudadano.

  2. El nerd introvertido

    Si en cambio siempre estás en busca de un rinconcito de tranquilidad para leer, dedicarte a tus maratones de series o simplemente para apartarte un rato de la sociedad, el salón es la parte de la casa perfecta para relajarte y ensimismarte.

    ¿Cómo conseguir que satisfaga esas necesidades? Muy fácil. Elige un sofá acogedor y mullido, que envolverá en un abrazo cada célula de tu cuerpo cada vez que decidieras echar una cabezadita – ¡qué sobren mantas de ganchillo en invierno! Rodéate de colores cálidos, tanto en el suelo – imagínate por un momento la sensación de pisar descalzo un suave suelo de madera, por ejemplo, de color gris claro – como en las paredes y en los complementos. 

    Escoge una buena lámpara de pie o de pared orientable – o incluso más de una, así que podrás establecer el nivel de iluminación de la habitación según el humor del momento.

    Añade una o más estanterías hechas a medida para tus libros y tu colección de pelis: puedes decantarte por una librería de pared a pared o puedes aprovechar pequeños espacios inutilizados para colocar repisas a medida, o hasta mini-estanterías realizadas a medida para tener espacio de almacenamiento prácticamente infinito.

    Agrega una pequeña mesa de centro para colocar tus refrescos favoritos o tus palomitas, y un proyector para las tardes de peli junto a ese reducido grupo de amigos íntimos al que le permites acceder a tu cueva de vez en cuando.

    Por último, cierra la puerta corredera de madera – con o sin cristaleras, según necesites que entre más luz a tu salón, o no – y déjate el mundo fuera de un solo golpe. 

        

  3. El atareado

    Tus días siempre son muy ajetreados, así que disfrutas poco de tu casa, y aún menos de tu salón. Visto lo visto, más te vale aprovecharlo como espacio de almacenamiento para guardar tus documentos o incluso cosas que no utilizas a diario.

    Para ti, nos imaginamos un salón esencial con estanterías realizadas a medida y con módulos cerrados, pero con acabado lacado para no renunciar a la elegancia.

    En tu caso, si bien es verdad que un salón sin sofá es como una napolitana sin crema, puedes abandonar la idea de comprar un sofá, pero no la del confort: pon una(s) butaca(s) de diseño o hazte con una chaise longue por si necesitas un minuto de descanso.

    Por último, solo falta una planta de interior – una de esas que no requiere especiales cuidados y aptas para negados, como una Lengua de Suegra – y tendrás tu pequeño escondite para meditar.

      

  4. El/La deportista

    Perteneces al bando de las personas hiperactivas y el deporte es la única manera de liberarte de la energía en exceso. ¿En serio nunca te habías planteado convertir tu salón en un pequeño gimnasio? ¡Sí, se puede!

    No precisas de muchos muebles y complementos, ya que lo que realmente te hace falta es espacio para entrenar cómodamente: un mueble para guardar tu equipamiento deportivo – ¡qué no se vea! –, incluso puedes optar por una taquilla estilo gym; un sofá – créenos, agradecerás esa inversión a la hora de terminar tu entrenamiento; una alfombra o una esterilla gigante de un color bonito; un espejo y un reloj para monitorizar los movimientos y la duración de los ejercicios; un perfumador de ambiente – imprescindible -, mejor si natural/ecológico. 

    .  .

    Hemos llegado al final de nuestro recorrido a través de distintos tipos de salones. ¿Cuál refleja más tu modo de ser?

 

Comentar

Asegurese de introducir toda la información requerida.