Ventajas de los armarios empotrados

Si lo primero que se te ocurre al escuchar las palabras ‘armario’ y ‘empotrado’ es el ropero de la abuela que huele a rancia humedad y a recuerdos de vidas anteriores, pues deja que te digamos que te equivocas. Sigue leyendo, ya que, en el artículo de hoy, te enumeramos todas las ventajas de una solución de almacenaje antigua, pero cada vez más actual.

      1. El correcto aprovechamiento del espacio

        Antes de nada, definamos el concepto de armario empotrado: es un armario realizado a medida o sí o sí, y, por lo tanto, puede llenar prácticamente cualquier espacio inutilizado de una vivienda, y de arriba a abajo, si hace falta. Básicamente, un verdadero comodín. Y cuando nos referimos a cualquier espacio, hablamos muy en serio: el área debajo de las escaleras; el espacio muerto entre suelo y techo en las buhardillas; los rincones alrededor de una puerta o ventana; los metros cuadrados de un pilar a otro en un pasillo, cuando su anchura no es reducida; en un rincón de la entrada.

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        En resumidas cuentas, es posible colocar un armario empotrado en cualquier habitación – hasta en el baño –, de la que será parte integrante y que se verá más despejada y más espaciosa.

        ¿Tu salón tiene un pilar que sobresale o una columna adosada a la pared? Seguramente esto supondría un problema en caso de tener que colocar un armario tradicional, por más que queramos realizarlo a medida. Sin embargo, los armarios empotrados permiten aprovechar las irregularidades de una habitación – hasta para su organización interna, como descubrirás conforme vayas leyendo este post – y utilizar cada centímetro al máximo.

          

        Tampoco hace falta que esté construido de pared a pared y de suelo a techo: es posible crear huecos para colocar un escritorio, una librería, un tocador – imagínate un tocador con lavamanos en la habitación de invitados, ¡confort asegurado para tus huéspedes! –, un banco con zapatero incluido debajo de una ventana o, aún mejor, en el recibidor de tu casa para disfrutar de ese momento único y mágico en el que por fin cuelgas el abrigo en ese bonito perchero que dejarás a la vista y te quitas los zapatos después de un largo día. Eso sí, los armarios empotrados tienen que estar bien pensados – ¡pero por eso está tu carpintero de madera de confianza!

      2. Una organización interna impecable

        Ya que los armarios empotrados están hechos a medida, estos se adaptan por completo a tus exigencias y es posible fabricarlos según lo que tengas que guardar en ellos. Es así que, por ejemplo, colocarás un zapatero empotrado allí donde el fondo se reduce; o utilizarás la parte más alta para colgar tus trajes; o dedicarás un rincón del armario para ocultar la tele, o hasta la tabla de planchar o una mesita/camita extra; o, por último, optarás por poner estantes secretos o abiertos para reponer todos tus libros.

        ¡Ojo! Los modernos armarios empotrados ya no están forrados con papel pintado de florecillas como los que a lo mejor podías ver en una de las antiguas viviendas de pueblo, lo que los hace casi perfectamente idénticos a los armarios normales y corrientes, si no fuera por su mayor adaptabilidad y consecuente funcionalidad. 

        ¿No crees que haya llegado la hora de liberar el diseñador de muebles que vive en ti?

      3. Personalízalo todo

        Los armarios empotrados no solo se adecuan a tus necesidades, sino también a tu gusto personal – y, por supuesto, a tu presupuesto.

        Es aquí que se te abre un mundo de posibilidades. Puedes elegir: estilo y acabados – por ejemplo, lacados, translúcidos, opacos; materiales, tanto de la estructura como de los complementos – madera, contrachapado, plástico, cristal, metal, etcétera –; accesorios, como baldas, cajones, barras – y cuántos de ellos incluir. Por no hablar de las puertas: decide si ponerlas o no; si decantar por las abatibles, plegables o correderas; si hacer que vayan a juego con la decoración o con las demás puertas de la casa para una mayor sensación de unidad y orden; si hacer que casi desaparezcan eliminando los marcos para un resultado súper elegante; o, en cambio, si convertirlas en las protagonistas de la habitación, por ejemplo pintándolas de un color llamativo, cubriéndolas de espejos, optando por un material especial como lo es la madera envejecida, atreviéndote a usar una puerta de lamas propia del exterior en el interior o confiriéndoles un toque clásico añadiendo refinadas molduras.

          

        En fin, solo tienes que dar rienda suelta a tu imaginación.

      4. Orden y limpieza garantizados

        Seguro que ya lo habrás leído mil veces, pero es inevitable subrayarlo: los armarios empotrados transmiten una sensación de orden, ya que puedes organizarlos como quieras – y sí, lo sentimos, pero ya no tendrás excusas para dejarlo todo tirado en el suelo –, y de limpieza, ya que casi no dejan huecos ni rendijas que puedan convertirse en zonas de camping para ácaros.

        Solo tendrás que limpiar las puertas, si es que están y si optas por un material que necesita algo de mantenimiento. Y te traemos un truquillo más: si eliges puertas sin marcos para tu armario empotrado, la impresión de tener una habitación impoluta y organizada aumentará.

         ¿No te parece absolutamente maravilloso?

      5. Desventajas aparentes

        Básicamente, son dos las desventajas que se les atribuyen a los armarios empotrados. Primero, su coste es un poquito más elevado que un armario tradicional. Segundo, no se pueden mover, y en caso de mudanza tu armario empotrado permanecerá en el mismo lugar.

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        De todas maneras, los carpinteros de Mi Carpintería Murcia somos unos optimistas empedernidos y nos gusta ver el vaso medio lleno. De hecho, creemos que esas desventajas realmente son ventajas: si es verdad que el coste de fabricación de un armario empotrado es un poco más alto, también es cierto que cada vez que te gastes el dinero en calidad, nunca te arrepentirás de haberlo hecho, ya que tus muebles serán eternos. Además, si es indiscutible que a los armarios empotrados no se le puede cambiar de sitio, ¡también es verdad que se puede mover todo lo demás! Y piensa: a la hora de trasladarte a otro lugar, tendrás una cosa menos a vender y un mueble más ensalzando el valor de tu casa.

        Pues dinos, ¿te hemos convencido?

 

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