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Las 5 ventajas de instalar armarios empotrados a medida en casa

Es cierto que son más caros que los prefabricados, y que si nos mudamos no podemos llevarlos con nosotros, pero un armario empotrado a medida es uno de los grandes tesoros de una casa: No sólo visten, sino que nos procuran espectaculares posibilidades de almacenaje. En este artículo repasamos las ventajas de este tipo de mobiliario que lucirá en todo su esplendor si recurres a un carpintero de madera.

Aprovechamiento del espacio

Un armario empotrado a medida siempre supondrá el máximo aprovechamiento del espacio disponible, incluso aunque éste sea irregular, tenga pilastras, salientes o recovecos. Es una manera ideal de evitar rincones muertos en casa.
Más limpios

Por sus propias características, un armario a medida no deja huecos. Con él, te puedes olvidar de acumulaciones de polvo en la parte superior, como sucede con un armario prefabricado, o de pasar la aspiradora continuamente bajo sus patas o en el rincón de la pared. A la larga, esto supone un considerable ahorro de tiempo en la limpieza del hogar.
Se adapta a tu casa y a tí

Un armario empotrado no sólo se adapta al lugar (por ejemplo una bajante puede ser fácilmente convertida por el carpintero en espacio útil), sino a la persona que lo va a utilizar. Decidirás su distribución en función de tus hábitos y de lo que necesites. No puede ser de otro modo cuando hablamos de algo hecho a medida... Sólo para ti.
Posibilidades estéticas

Las posibilidades estéticas de un armario empotrado son sencillamente infinitas: Moderno, clásico, minimalista, barroco, con espejos, con puertas de apertura normal o corredera... Las opciones no tienen fin. Lo importante es que entre tú y tu carpintero déis con la tuya, con aquello que quieres exactamente para tu hogar.
Variado rango de precios y materiales

Aunque, como hemos dicho al principio, los armarios a medida suelen suponer, lógicamente, un mayor desembolso que los prefabricados, existe todo un rango de precios con el que podemos jugar según el material que elijamos. Podemos optar por los más caros (y duraderos) como las maderas macizas, ya sean duras o blandas, o por otros como la chapa o el tablero lacado, más económicos y muy resistentes al tiempo también. Luego hay alternativas más atrevidas, como cristal, aluminio o hierro.